Nunca
pensé que era humanamente posible llorar todo un día… una vida que se escapa,
de cierta forma.
Tantos
minutos acribillados por tu ausencia… por el silencio infinito del que me hice
merecedora, como tantas otras (todas esas)
No me
atrevo a usar mi gato al cuello, ni a mirar tus ojos… y aún así sigo llamándote
ilusamente, a pesar de que yo sé que ya no haz de venir. Soy solo yo monologando
con la nada. Sonriendo por una fracción de segundo a tu fantasma; aquella
partecita tuya que se quedó conmigo.
Tengo
miedo y trato de invocarla muy a menudo. Temo que se desgaste y desaparezca
también; como tú… como yo.
Finalmente
me cansé de luchar y perseguir quimeras…
Ya me
lo creo todo. Ya soy lo peor de lo peor; una maldita egoísta malvada que jamás
supo en dónde tenía puestos los pies.
Ya
decidí que voy a morirme de a poco…
No tuve
el valor anoche. Anoche es una noche de la cual jamás hablaré; ni contigo ni
con tu fantasma. Sólo dejé unas migajas en tus oídos… resquicios legales que
dejan entrever la dirección de mis actos; los que no se concretaron. No
hablaremos de eso nunca…
Ni de
eso ni de nada…
Mi amor
fue puesto en tela de juicio tantas veces… Y yo y tú somos dos realidades tan
diametralmente paralelas. Para mí siempre fue ‘Romeo-y-Julieta’… todo o nada…
Siempre pude amarte más de lo que me amé a mí misma. Y eso fue un error para ti…
aún no entiendo cómo. No pasó por un tema de desprecio irrisorio, sino por
reconocer que hay cierta trascendencia más allá del ser propio… ‘Daría mi vida
por ti’
Lo dije
tantas veces…
Y
tantas veces fui una burra a tus ojos.
Y todas
esas veces me dije ‘ya, cálmate, puedes hacerlo mejor’ Y me quedé entrampada en
mi metafísica explicativa que jamás se dio a entender claramente.
Ya no
quiero hablar de mí nunca más…
Quiero
cesar.
Quiero
dejar de estar… de sentir…
Quiero
escaparme de mi vida, de mi cuerpo, de mi siglo, de mi época…
De
todo, menos de ti…
De ti
quien, irrisoriamente, fuiste quien sí escapó de mí…
Y sigo
siendo la tonta que espera…
Aunque
ahora es tan vano…
Ya no
vendrás con el plan de emergencia
Ni veré
aquel dibujo hermoso
Ni nada…
Ya no…